COMPRENSIÓN Y CREACIÓN DE TEXTOS
PRINCIPIOS BÁSICOS QUE SUSTENTAN LOS APRENDIZAJES PARA LA FORMACIÓN DE NIÑOS LECTORES Y ESCRITORES
Por Lic. Yamilia de Santa Rosa Zubia Aguilar
El formar niños lectores y escritores de textos, es considerado como un proceso de auto-socioconstrucción que realiza cada niño, con el apoyo de los demás[1].
Esta idea surque de lo que Vigotsky llamó “Zona del Desarrollo Próximo”, diferencia que existe entre lo que un niño puede hacer por sí solo en su estado actual de desarrollo y lo que éste puede lograr con la guía y ayuda de un adulto o en colaboración con sus compañeros de más experiencia.
Entonces, entendido así; la tarea de los educadores se fundamenta en tres principios básicos:
1. No hay lenguaje sin contexto psico-social: toda su existencia tiene lugar en el ámbito comunitario, mediante las interrelaciones y sus respectivas interacciones. Por ello, tanto la producción como la comprensión se aborda a partir del modelo pluridimensional de la conducta lingüística
§ “quién expresa”, exterioriza la identidad del emisor, su personalidad, al concepto de sí mismo y conjunto de influencias emocionales y culturales que lleva consigo.
§ “qué cosa”, atañe al texto, al contenido de la situación comunicativa.
§ “a quién”, señala al receptor o decodificador, a su identidad y su cargo dentro del proceso de comunicación.
§ “cómo”, es la modalidad, conjunto de recursos de codificación usados, jerarquía de funciones y requisitos capaces de llevar el mensaje.
“por qué”, son los proceso de selección para llegar al mensaje y considerados mejor que otras alternativas § “en qué situación” detalla las influencias del contexto, componente esencial de la actividad lingüística, ya que establece la selección del código específico que se va a usar.
En suma, todo acto lingüístico posee significado, contexto, función social y se manifiesta en textos (Muma 1978)
1. No hay aprendizaje significativo sin actividades auténticas. Esto se da en la medida en que las actividades que desarrollan los niños, tienen sentido, relevancia y propósito. Se requiere una razón poderosa y está relacionada con la función del conocimiento para qué sirve lo que se va a aprender. Cada contexto que se crea debe ir acompañado de un propósito.
Estas actividades deben cumplir un requisito especial, deben ser auténticas; es decir, relevantes y significativas en la cultura de los niños.
2. Aprender es para cada niño un proceso social de construcción de significados en sus encuentros e interacciones con las ideas, personas y acontecimientos. Tanto en lectura como en producción de textos, es el niño quien autoaprende a actuar, construye sus propias competencias, caminos en relación con sus compañeros, con el docente, comunidad, etc. De la calidad y pertinencia de estas interacciones, depende la rapidez, eficacia y flexibilidad de sus aprendizajes. En esta perspectiva, el papel del educador es básicamente, crear las condiciones que favorezcan el auto aprendizaje de la lectura y producción de textos, considerando:
§ Crear escenarios de interacción cotidiana entre niños y textos escritos.
§ Impulsar conflictos cognitivos fértiles, a través de interacciones de todo tipo de confrontaciones entre los niños.
§ Promover y ayudar a estructurar actividades de metacognición en cada niño.
3. Para aprender a leer, los niños requieren construir una representación adecuada de los fines de la lectura. Chauveau G. 1994, considera el aprendizaje de la lectura como un “metaaprendizaje”. El niño necesita conocimiento y reflexión sobre los procesos de adquisición. “Al mismo tiempo que él ensaya ha aprender a leer, debe aprender ha aprender a leer”.
Saber leer, depende de la pertinencia de las hipótesis –de conceptualizaciones- que el niño elabora, para ello se plantean actividades de sistematización a fin de:
§ Desarrollar actitudes de lector y escritor.
§ Aprender a extraer índices, interpretarlos, relacionar.
§ Formular hipótesis y verificarlas
§ Construir sistemas de escritura e intencionalidad
§ Seriar hipótesis, identificar características del escrito (configuración, exigencias de legibilidad, aspectos que difieren en función de los soportes o destinatarios, etc.).
4. Para aprender a producir textos, los niños requieren tener la necesidad de “escribir para decir algo a alguien”
- Para informar.
- Para recrear o dar placer.
- Para documentar.
- Para controlar, etc.
No se puede escribir o producir un texto sobre:
- Lo que no interesa.
- Sin propósito.
- Lo que se ignora.
- Sin identificar al destinatario, etc.
Podemos establecer una regla: “siempre se escribe para alguien o para algo” concluyendo, todo texto cumple una Función Social.
Estos principios podemos hacerlos realidad en nuestra práctica pedagógica cotidiana, en tanto concibamos y asumamos en la acción una relación horizontal con nuestros niños.[1] Gloria Inostroza, “Formar a aprender niños lectores y escritores,” UNESCO/DOLMEN EDICIONES, pág. 40.
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